Barx y La Drova están situados en un valle de montaña de la Comarca de La Safor y han sido lugar de tránsito, migración y encuentro de personas y culturas desde tiempos prehistóricos.
Estas tierras llevan habitadas desde el Paleolítico Superior, como demuestran los restos encontrados en las cuevas de Malladetes y del Parpalló.
En las cuevas de Parpalló y Malladetes se ha documentado una secuencia de ocupación humana de casi 20.000 años. Esto tuvo lugar en un periodo que coincide con la llegada del hombre de Cromañón a tierras valencianas y con el final de la última glaciación.
Se trataba de grupos reducidos y diseminados que se alimentaban de la caza y de la recolección de frutos y vegetales silvestres; elaboraban instrumentos con sílex, cuerno, hueso y madera; se desplazaban periódicamente sobre el territorio y se reunían cada cierto tiempo para intercambiar información y favorecer contactos entre jóvenes en edad de procrear.
Estas cuevas también fueron ocupadas posteriormente, como se desprende del hallazgo de restos de cerámica neolítica en Malladetes y de cerámica íbera y romana en las capas más superficiales de Parpalló.